
Herencias, decisiones y límites legales: el papel de la legítima
Si estás gestionando una herencia o te estás planteando dejarla bien organizada, seguramente te has preguntado qué es la legítima. Este término jurídico puede parecer complejo al principio, pero en realidad es un elemento clave que determina qué parte de tus bienes no puedes repartir libremente.
En España, el sistema hereditario protege a ciertos herederos forzosos mediante la figura de la legítima. Esto quiere decir que, aunque redactes un testamento, hay una parte de tus bienes que debe ir obligatoriamente a determinadas personas. ¿Quiénes son? ¿Cuánto les corresponde? ¿Y qué pasa si no se respeta?
En este artículo de Abogueo, te explicamos en detalle qué es la legítima, cómo se calcula, a quién beneficia y qué implicaciones tiene en el reparto de una herencia.
¿Qué es la legítima en el sistema sucesorio español?
La respuesta corta a qué es la legítima es: la parte de la herencia que la ley reserva obligatoriamente para los herederos forzosos. Es decir, aunque una persona haga testamento, no puede disponer libremente de todo su patrimonio, ya que una parte concreta debe asignarse sí o sí a determinados familiares.
En términos legales, la legítima limita la libertad del testador. Su finalidad es proteger a los familiares más cercanos y evitar desheredaciones arbitrarias o injustas.
¿Quiénes son los herederos forzosos?
Ahora que sabes qué es la legítima, el siguiente paso es entender a quién beneficia. En general, la ley considera herederos forzosos a:
- Los hijos y descendientes respecto de sus padres y ascendientes.
- A falta de hijos, los padres y ascendientes.
- El cónyuge viudo, que tiene derechos sobre parte de la herencia en usufructo.
La existencia de estos herederos condiciona cómo puede organizarse el reparto. Si existen hijos, por ejemplo, tienen prioridad sobre otros parientes o beneficiarios del testamento.
¿Qué parte del patrimonio representa la legítima?
El cálculo de la legítima varía según la comunidad autónoma y la situación familiar, pero en líneas generales, en la mayor parte de España (régimen común), se aplica así:
- Dos tercios del patrimonio están reservados a los herederos forzosos:
- Un tercio es la legítima estricta, que se reparte por partes iguales entre los hijos.
- Otro tercio es de mejora, que también debe ir a los hijos, pero el testador puede decidir a cuál o cuáles beneficiará más.
- Un tercio es la legítima estricta, que se reparte por partes iguales entre los hijos.
- El tercio restante es de libre disposición, y puede asignarse a cualquier persona, incluso fuera del núcleo familiar.
Por tanto, cuando se habla de qué es la legítima, no solo se trata de una parte protegida, sino también de un límite a la voluntad del testador.
¿Cómo afecta la legítima al reparto de una herencia?
Saber qué es la legítima es esencial al momento de planificar una herencia, porque determina cuánto margen tienes para distribuir libremente tu patrimonio. Si no se respeta esta parte obligatoria, los herederos forzosos pueden impugnar el testamento.
Esto puede generar situaciones de conflicto o retrasos en los trámites sucesorios. Por eso, es recomendable:
- Contar con asesoramiento legal para redactar el testamento correctamente.
- Dejar claros los bienes incluidos en cada tercio.
- Anticipar posibles desacuerdos entre herederos.
¿Se puede desheredar a un heredero forzoso?
Una de las dudas más comunes cuando se investiga qué es la legítima es si existe forma de excluir a un heredero forzoso. La ley permite la desheredación, pero bajo condiciones muy estrictas y debidamente justificadas.
Solo es posible en casos concretos, como maltrato, negación de alimentos, injurias graves, entre otros. Y debe dejarse constancia expresa en el testamento, indicando la causa.
En caso de que el heredero desheredado lo impugne, será el juez quien determine si la causa es válida. Por eso, si estás considerando esta opción, es fundamental hacerlo con asesoramiento especializado.
¿Qué ocurre si no hay testamento?
En ausencia de testamento, se abre la sucesión intestada. En este caso, la legítima también entra en juego, ya que determina el orden de los herederos:
- Hijos y descendientes
- Padres y ascendientes (si no hay hijos)
- Cónyuge viudo
- Hermanos y sobrinos
- Otros parientes
Saber qué es la legítima permite entender que, incluso sin testamento, los herederos forzosos siempre tienen derecho a recibir su parte. El Estado solo hereda si no existen familiares en ningún grado.
¿Hay diferencias entre comunidades autónomas?
Sí. Aunque el Código Civil establece un régimen general, algunas comunidades con derecho civil propio (como Cataluña, Galicia o Navarra) tienen normas específicas que modifican el concepto de legítima.
Por ejemplo, en Cataluña la legítima representa solo una cuarta parte del patrimonio y se reparte entre todos los hijos por igual, sin distinción de tercios.
Por tanto, si resides en una comunidad con legislación propia, o si el fallecido tenía bienes en varias regiones, conviene revisar con detalle qué normativa se aplica en cada caso.
¿Cómo puede ayudarte Abogueo en este proceso?
Si aún tienes dudas sobre qué es la legítima, o te enfrentas a una herencia compleja, en Abogueo puedes encontrar abogados especialistas en derecho sucesorio que te acompañan en cada paso.
Desde la redacción del testamento hasta el asesoramiento en procesos de reparto o impugnación, nuestro equipo ha sido cuidadosamente seleccionado por su experiencia, cercanía y transparencia.
Puedes comparar perfiles, consultar valoraciones reales y elegir al profesional que mejor se adapte a tu situación familiar o patrimonial.
Planificar es evitar conflictos
Ahora que sabes qué es la legítima, puedes tomar decisiones más informadas al momento de organizar tu herencia o participar en una sucesión. La clave está en anticipar, entender las obligaciones legales y buscar apoyo profesional para actuar con seguridad.
Aunque el sistema legal pone límites, también ofrece herramientas para distribuir tu patrimonio con justicia, equilibrio y previsión. Hacerlo con asesoramiento puede marcar la diferencia entre una sucesión tranquila y un problema familiar prolongado.